
En 1983 se formó una fundación que se propuso reconstruirlo para conmemorar la obra del arquitecto alemán, y se volvió a montar en su sitio original, en la Av. Marques de Comillas, en Montjuïc.
El resultado, es un edificio maravilloso, con paredes de cristal, acero y cuatro tipos distintos de mármol; travertino romano, mármol verde de los Alpes, mármol verde antiguo de Grecia y ónice doré del Atlas, aunque en realidad no hay nada que ver.
Sólo lo recomiendo a los amantes de la arquitectura y de la fotografía, porque disfrutarán haciendo fotos. El precio de la entrada general es de 3,40€.
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