La trama de la novela titulada La Catedral del Mar, escrita por Idelfonso Falcones, se centra en torno a la construcción de la maravillosa Iglesia gótica de Santa María del Mar de Barcelona.
En plena Edad Media, la historia en realidad es la de un pueblo, el de Barcelona que demostró su pujanza económica y comercial, sobreviviendo a guerras y enfermedades que la diezmaron, como la peste.
El papel de los nobles, que esquilmaban a los campesinos con sus impuestos, los artesanos como una nueva clase que estaba ascendiendo, los pescadores, los canteros, uno de los cuales es el protagonista de la novela, el Obispo, el Rey, los judíos, todo ello se mezcla en la novela, de forma magistral.
Pero además están los sentimientos, las pasiones, la envidia, la mezquindad, la codicia, en fin toda la condición humana, que se despliega de forma natural con personajes creibles y de una gran profundidad.
El papel de los nobles, que esquilmaban a los campesinos con sus impuestos, los artesanos como una nueva clase que estaba ascendiendo, los pescadores, los canteros, uno de los cuales es el protagonista de la novela, el Obispo, el Rey, los judíos, todo ello se mezcla en la novela, de forma magistral.
Pero además están los sentimientos, las pasiones, la envidia, la mezquindad, la codicia, en fin toda la condición humana, que se despliega de forma natural con personajes creibles y de una gran profundidad.
Esta ruta literaria recorre los escenarios de la novela La Catedral del Mar. El libro está ambientado en la Barcelona feudal del siglo XIV y relata la construcción de la iglesia de Santa María del Mar. El protagonista es Arnau Estanyol, un siervo que logrará convertirse en ciudadano libre, no sin esfuerzo, en un proceso paralelo a la construcción de la citada basílica.
Santa María del Mar es conocida como “la catedral del pueblo”, pues fue construida con el esfuerzo físico y económico de los vecinos del barrio de la Ribera, humilde barrio de pescadores. Como Arnau, fueron muchos los “bastaixos” o descargadores del puerto de Barcelona, que cargaron a sus espaldas las piedras de Montjuïc que dieron forma a la nueva basílica.
Iniciamos el recorrido en Santa María del Mar (1). Obra del arquitecto Berenguer de Montagut, éste es el primer ejemplo del gótico catalán, un estilo austero donde predominan las líneas horizontales y las grandes superficies desnudas. La basílica se construyó en honor a la patrona de los marineros, sobre la antigua capilla de Santa María de las Arenas, que se había quedado pequeña. Por eso cerca del altar cuelga un pequeño barco. La obra fue iniciativa de los pescadores del barrio de la Ribera, situado fuera de las murallas y que estaba en plena expansión. Querían tener una iglesia a la altura de la gran catedral del barrio gótico, cuya construcción financiaban la Iglesia y el rey.
En el interior de la iglesia, la austeridad contrasta con su extraordinaria belleza y perfección. No hay lugar para el azar, todo está perfectamente calculado: la distancia entre las 16 columnas octogonales que sostienen el techo es idéntica y dibuja cuadrados perfectos; las dos naves laterales miden exactamente la mitad que la nave central; la anchura y la altura total de la basílica coinciden… Su acústica es también muy buena, lo que la convierte en el escenario perfecto para los conciertos de música sacra que acoge regularmente.
Una vez fuera de la iglesia, desde la Plaza de Santa María, cogemos la calle Canvis Vells. En el cruce con Canvis Nous (2) es donde estaba la casa de Arnau donde ejercía como cambista. Si seguimos por Canvis Vells, llegaremos a la calle del Consolat de Mar (3). A la derecha encontramos el antiguo edificio de la Lonja (4), muy frecuentado por el protagonista del libro, y que en aquella época estaba situado a pie de playa.
Estamos en Pla de Palau (5). Llega el momento de dar media vuelta. Si volvemos a coger la calle del Consolat del Mar en dirección contraria a la que hemos venido, llegaremos a la Plaça de les Olles (6). Giraremos entonces por la calle Vidriera (7) que, pasada la Plaça del Born, se convertirá en la calle Montcada (8), antigua vía señorial que albergaba los palacios de las familias más ricas de la ciudad. Una vez lleguemos a la calle Princesa, giraremos a la izquierda. Seguiremos recto hasta el cruce con Vía Laietana y nos encontraremos con la Plaça de l’Àngel (9), que en la época feudal se llamaba Plaça del Blat.
Santa María del Mar es conocida como “la catedral del pueblo”, pues fue construida con el esfuerzo físico y económico de los vecinos del barrio de la Ribera, humilde barrio de pescadores. Como Arnau, fueron muchos los “bastaixos” o descargadores del puerto de Barcelona, que cargaron a sus espaldas las piedras de Montjuïc que dieron forma a la nueva basílica.
Iniciamos el recorrido en Santa María del Mar (1). Obra del arquitecto Berenguer de Montagut, éste es el primer ejemplo del gótico catalán, un estilo austero donde predominan las líneas horizontales y las grandes superficies desnudas. La basílica se construyó en honor a la patrona de los marineros, sobre la antigua capilla de Santa María de las Arenas, que se había quedado pequeña. Por eso cerca del altar cuelga un pequeño barco. La obra fue iniciativa de los pescadores del barrio de la Ribera, situado fuera de las murallas y que estaba en plena expansión. Querían tener una iglesia a la altura de la gran catedral del barrio gótico, cuya construcción financiaban la Iglesia y el rey.
En el interior de la iglesia, la austeridad contrasta con su extraordinaria belleza y perfección. No hay lugar para el azar, todo está perfectamente calculado: la distancia entre las 16 columnas octogonales que sostienen el techo es idéntica y dibuja cuadrados perfectos; las dos naves laterales miden exactamente la mitad que la nave central; la anchura y la altura total de la basílica coinciden… Su acústica es también muy buena, lo que la convierte en el escenario perfecto para los conciertos de música sacra que acoge regularmente.
Una vez fuera de la iglesia, desde la Plaza de Santa María, cogemos la calle Canvis Vells. En el cruce con Canvis Nous (2) es donde estaba la casa de Arnau donde ejercía como cambista. Si seguimos por Canvis Vells, llegaremos a la calle del Consolat de Mar (3). A la derecha encontramos el antiguo edificio de la Lonja (4), muy frecuentado por el protagonista del libro, y que en aquella época estaba situado a pie de playa.
Estamos en Pla de Palau (5). Llega el momento de dar media vuelta. Si volvemos a coger la calle del Consolat del Mar en dirección contraria a la que hemos venido, llegaremos a la Plaça de les Olles (6). Giraremos entonces por la calle Vidriera (7) que, pasada la Plaça del Born, se convertirá en la calle Montcada (8), antigua vía señorial que albergaba los palacios de las familias más ricas de la ciudad. Una vez lleguemos a la calle Princesa, giraremos a la izquierda. Seguiremos recto hasta el cruce con Vía Laietana y nos encontraremos con la Plaça de l’Àngel (9), que en la época feudal se llamaba Plaça del Blat.
Esta ruta también se puede hacer guiada todos los domingos a las 16 horas de la mano de los guías de Atrapalo, comprando la entrada por internet.
Me ha encantado leer esta novela y quiero conocer la catedral y recorrer todas esas calles, imaginando todo lo que esta reladado en la novela y por todo lo que paso Arnau.
ResponderEliminarLa empresa ICONO serveis culturals lleva a cabo esta ruta los domingos por la mañana. Yo la hice, se trata de una ruta muy interesante. Además, está muy bien de precio y la guía lo hizo genial, fue una mañana increíble. Su web es www.iconoserveis.com y la puedes comprar desde allí. Espero que te haya servido de ayuda y que disfrutes tanto como yo.
ResponderEliminarSaludos!